La cuenca del Río San Juan es el más importante de la vertiente del Pacífico colombiano, cuenta con una superficie de 15.000 kilómetros cuadrados, ubicados entre la Cordillera Occidental y las colinas bajas del Litoral Pacífico. Esta cuenca está separada de la del Río Atrato en la parte norte, por una cadena de colinas que alcanzan elevaciones alrededor de 100 metros de altura sobre el nivel del mar. Los hábitantes allí encontrados son bosques de mangle, selva anegada, barras de arena, planos fangosos y humedales de agua dulce. El principal uso del manglar es la extracción de madera, las comunidades negras e indígenas que allí habitan (Emberá y Wounana) son principalmente pescadores y cazadores, que adicionalmente tienen pequeños cultivos de subsistencia en sus propiedades
El Río Micay , es el curso de agua dulce más largo y caudaloso del departamento del Cauca y uno de los principales ríos de la Vertiente del Pacífico colombiano. Al llegar al mar pacifico, entre esteros y manglar forma las islas San José, el Coco, El Sande y Micay. Tiene tres desembocaduras que corresponden a la Boca Micay, la Boca Caimanero y la Bocana del Micay o del Coco. Está ubicado en una de las regiones más lluviosas con más Biodiversidad del mundo. El Río Micay nace entre los cerros de Guabas y el Loro, dentro del municipio de Argelia y recorre territorio de El Tambo y López de Micay. En su trayecto inicial toma una dirección sur-norte formando un valle estrecho y de fuertes gradientes que separa la cordillera occidental de la serranía de Timbiquí, en El Tambo. Al llegar al Salto de Gurumendy, ubicado al sur de la población de López de Micay sigue su viaje hacia el Océano Pacífico alcanzando una longitu...
Aunque Valledupar no tiene mar, por ella discurre el río Guatapurí, que se desliza desde la Sierra Nevada de Santa Marta y baña la ciudad. Al balneario Hurtado llegan familias enteras los viernes por la tarde para comenzar el descanso del fin de semana. En el Guatapurí se ve sobre una roca la estatua dorada de Rosario Arciniegas, una niña que, según la leyenda, se convirtió en sirena al zambullirse en sus aguas. Bañarse en ríos, caminar en parques, acercarse a culturas indígenas y ver cómo los niños aprenden a tocar la música vallenata son experiencias inolvidables en Valledupar.
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